sábado, 30 de abril de 2011

Encurdelao

Violeta, para muchos como yo, sos color violeta. Venís encerrado, enjaulado, encorchado.

Te llevo a mis manos. Vos aún preso. Y nos hacemos nuestros.

Ya somos en la humedad nosotros.

De a poco nos vamos perdiendo por la calle, aturdidos por la soledad de los que nos rodean. Siento que ya somos el uno para el otro.
Nuestros ojos de vidrio ya se vuelven a encontrar, y te convido libertad con un destapador en la mano.

Se oye el ploc del corcho que te amordazaba tiernamente.

Te asomás de golpe cayendo. Súbito bailarín, en remolinos. Nos olemos y charlamos. Hay un pequeño hueco como para recordar antiguos encuentros, caricias y reconciliaciones, nos perdiamos por la ciudad.

Me acerco a vos y venís a mí.

Tu aliento se hace más fuerte como el mío para después, ciegos y sordos pero no mudos, caer en el ahogo del nuevo primer beso. Intentar saciarte y vaciarte en el impacto de nuestros labios...

Hasta el fin del fondo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario